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Introducción – Epístola a los Gálatas

INTRODUCCIÓN

El libro de Gálatas fue escrito por el apóstol Pablo para las iglesias en la provincia de Galacia, o lo que nosotros conocemos como Turquía central. Pablo había viajado a la región (Hechos 13-14) en sus primeros viajes misioneros, compartiendo el evangelio en la región a los gentiles, o aquellos que no eran hereditariamente judíos. La mayoría de las iglesias de Galacia estaban compuestas por gentiles que fueron salvos por la fe en Jesús. A medida que las iglesias en la zona crecían y progresaban, creyentes judíos en Jesús comenzaron a venir a las iglesias e insistir en que siguieran al pie de la letra la ley Mosaica, o ley que fue establecida por medio de Moisés para la comunidad judía.

Específicamente, los judíos insistían en que gentiles varones seguidores de Jesús también debían ser circuncidados a fin de tener una relación correcta con Dios. Pablo, al escuchar esto, se enojó increíblemente con los judíos, porque sabía que este no era el mensaje del evangelio de Jesús. Pablo entonces escribe esta carta a los Gálatas para restaurar su comprensión del evangelio y lo que significa tener una relación correcta con Dios.

AUTOR

Luego de su conversión de camino a Damasco (Hechos 9), Saulo de Tarso (luego llamado Pablo) se convirtió en un misionero a los Gentiles para esparcir el mensaje de salvación a través de la fe en Jesús. En sus viajes, Pablo alcanzó lugares en Asia Menor, estableciendo iglesias en lugares cómo lo que hoy en día es Turquía, Siria, Macedonia, Grecia e Italia.

FECHAS

Se entiende que Pablo se encontró con Jesús de camino a Damasco alrededor del año 34 DC, cerca de cuatro años después de la crucifixión y resurrección de Jesús. Cerca del 47 DC, Pablo comienza sus viajes en Asia Menor, Grecia, Turquía e Italia y para el año 48 al 29 DC viajó por la zona de Galacia, predicando y plantando iglesias en su camino. Los estudiosos creen que esta carta a los Gálatas fue escrita alrededor del año 50 DC.

CONTEXTO HISTÓRICO

A medida que el evangelio se regaba desde Jerusalén, más y más gentiles se unían al número de creyentes en Jesús. En Galacia, existía cierta tensión entre los creyentes gentiles y los judíos, quienes insistían en que se debía celebrar las tradiciones y costumbres de la ley de Moisés. Debido a esto, la iglesia en Galacia experimentó gran división racial, confusión y división.

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