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Dios de Promesas

A medida que se acerca el fin de año, es común comenzar a escuchar la frase “resolución de año nuevo.” Y mientras más nos acercamos a la fecha, más y más comenzamos a escuchar diferentes razones y motivos por las cuales las personas piensan hacer resoluciones. Hay tres razones por las cuales siempre terminamos el año con “resoluciones” de año nuevo:

1. Falta de disciplina.
La falta de disciplina no es otra cosa que dificultad en establecer reglas en nuestra vida. Cuando no decidimos imponer reglas o límites, permitimos que nuestra forma de pensar y nuestros deseos dominen nuestra vida. Y siempre que permitimos eso, fracasamos en ser exitosos o lograr las cosas que queremos hacer.

2. Falta de compromiso.
La falta de compromiso es cuando fallamos en establecer metas en nuestra vida. Perder peso, mejorar nuestra comunicación en nuestro matrimonio, ser mejor padre o mejor hijo son cosas que si no establecemos metas a corto y a largo plazo, jamás lograremos.

3. Mirar el sueño incorrecto.
Cuando fijamos nuestra mente al sueño incorrecto, perdemos perspectiva de lo que queremos lograr y jamás alcanzaremos la plenitud de lo que Dios quiere para nosotros. Por lo tanto, cuando miramos el futuro, podemos perder perspectiva. Pero cuando miramos lo que hemos vencido, y los logros que hemos alcanzado, podemos enfocarnos mejor en el sueño de Dios para nuestra vida. 

Por lo tanto, podemos decir que las “resoluciones” de año nuevo, son solamente frustraciones que hemos guardado durante todo el año, que al acercarse la llegada del próximo, intentamos engañarnos a nosotros mismos pensando que “ahora sí” lo voy a lograr. La Palabra de Dios dice:

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

2 Corintios 12:9

Por lo tanto, es en la debilidad que el Poder de Dios se hace fuerte. Jamás podremos alcanzar los sueños de Dios sin reconocer que somos débiles y que jamás seremos capaces de alcanzar lo que Dios quiere para nosotros. No es en la fuerza, o en la estabilidad, sino que en nuestra debilidad es cuando Dios se glorifica en nuestras vidas. Por lo tanto, debemos aceptar que 1) somos frágiles y Dios nos ama así; 2) somos torpes y Dios nos ama así, y 3) somos inconsistentes y Dios nos ama así.

Te invito a que veas el mensaje “Dios de Promesas” y descubre 5 promesas que Dios tiene para ti este año 2022 y cómo puedes tú también ser partícipe de las promesas de Dios.

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