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La importancia de la comunidad

Históricamente hablando y desde la propia creación de nuestra existencia, fue necesario la creación de grupos funcionales de ayuda, quiere decir, que desde la antigüedad, el ser humano ha tenido la necesidad indispensable de organizarse en grupos con diversos motivos, pero todos ellos con algo en común, que compartían los mismos intereses.

Estos intereses varían de acuerdo a las necesidades de varias personas con un mismo criterio o mismas necesidades. Algunas comunidades antiguas se organizaban para defenderse de otros, defender sus alimentos, o simplemente para garantizar su supervivencia. Sin embargo y al pasar el tiempo, diversas comunidades se han creado con diferentes motivos, pero siempre  compartiendo elementos básicos, como el idioma, costumbres, valores, visión del mundo, tareas, roles, pero también limitadas en naciones, regiones o sociedades. Es decir, la comunidad es la más pequeña agrupación organizada con propósitos “comunes” dentro de una sociedad.

Ahora bien, existen diferentes tipos de comunidades que a día de hoy formamos parte y no lo percibimos, pues hacen parte de la vida diaria, y por ende las damos por sentado como un estándar que nos moldea y maneja cada día de nuestras vidas. Cada una de esas comunidades con las que interactuamos tienen diferentes propósitos, por ejemplo la comunidad educativa, donde fuimos o hacia dónde van nuestros hijos tiene diferentes propósitos que el de la comunidad ecológica o la religiosa por nombrar algunos.

Por otro lado, se puede entender que las comunidades en sentido general se preocupan por varios aspectos modernos de la vida. Las personas nos vinculamos a estas comunidades buscando mejorar todos los aspectos de nuestro entorno, intentando hacerlas más cómodas, homogéneas con nuestros criterios, que nos inviten a tener una vida con menos dificultades, que mejorarán nuestras relaciones, también participamos dentro de comunidades con un propósito o en busca de alguno. Buscamos llenar esos vacíos, vacíos que inútilmente llenamos con cosas del mundo para darnos cuenta muchas lágrimas, frustraciones y llantos después, que nada del mundo nos hará sentir plenos. Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”

…Existen personas que aseguran que no es importante congregarse o ser parte de una familia espiritual; sin embargo, para los apóstoles, era tan importante la enseñanza de la Palabra como el compartir el pan con otros…

Definitivamente las comunidades nos ayudan en muchas áreas de nuestra existencia, pero una de la que necesitamos participar constantemente y que dejamos de lado, pues creemos no tiene la importancia necesaria para el desarrollo de nuestra vida y paso por este mundo, es la comunidad espiritual. Existen personas que aseguran que no es importante congregarse o ser parte de una familia espiritual; sin embargo, para los apóstoles, era tan importante la enseñanza de la Palabra como el compartir el pan con otros, sin olvidar que el mismo Jesús responde al enemigo en Mateo 4:4 “Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”

Muchas de las respuestas a las preguntas que nos hacemos a diario, se encuentran en la palabra de Dios. Es por ello que se hace importante asistir a una comunidad o familia espiritual que nos enseñe sobre la sana doctrina, pues la Palabra nos explica en 1 Timoteo 6:3-5 “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.”

Sería justo que te preguntes hoy a cuántas comunidades estás ligado o en cuantas participas, o mejor aún, qué beneficios te dejan estas comunidades, pues si te ayudan en tu vida terrenal y condenan tu alma, no serían parte de una doctrina sana. Siempre es bueno recordar que nuestro paso por la tierra es un suspiro comparado con la eternidad, por eso es más que necesario ser salvos. Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”

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