Desde siempre, hemos temido a la oscuridad, a lo desconocido, la incertidumbre y lo incierto. Es por eso que la vista ha jugado un papel fundamental en nuestro desarrollo, no solo personal, sino también a nivel social y humano, pues a través de la vista hemos conseguido darle sentido a casi todo lo que sucede a nuestro alrededor.
Para muchos de nosotros es más fácil reaccionar ante cualquier situación cuando ya es conocida, pues si la hemos visto o vivido con anterioridad muy probablemente sabremos cómo manejar y sacar un resultado positivo o favorable y con frecuencia, cuando estas situaciones se repiten vamos adquiriendo confianza para continuar nuestro camino por la vida.
Seguramente ya has vivido experiencias como esa, y es que, ¿quién no recuerda el miedo y la incertidumbre del primer día de escuela, o la primera vez que fuiste padre, la primera vez que manejaste un vehículo, o la primera vez que te tocó hablar en público? Existen muchas primeras veces que han creado esa sensación de inseguridad, miedo, ansiedad e incertidumbre, y aun sin saber, diste ese primer paso y como podrás darte cuenta en este momento has seguido andando y todas las has superado, una a una, tal cual explica el libro de los Salmos 37:23 “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,Y él aprueba su camino.”
Sin embargo, no todos los pasos que damos son tan claros y fáciles de dar. Existen momentos en nuestra vida que parecen más oscuros que otros anteriores, donde se hace realmente difícil dar ese primer paso, donde la incertidumbre, el miedo y la ansiedad juegan con nuestro ser, pues no podemos ver claramente donde poner nuestro pie para continuar andando. En otras ocasiones, hasta somos arriesgados dando los pasos, pero sin saber a dónde nos dirigimos, causandonos aún más angustia, dolor y sufrimiento, ya que tropezamos y caemos pues el camino no está claramente definido.
Cuando caminamos en penumbras, las probabilidades de que nos hagamos daño, nos lastimemos o nos caigamos son muchas. Peor aún, solo levantarnos puede ser realmente retador, pues desconocemos el camino y donde nos podemos apoyar para levantarnos y continuar nuestro camino. Esto no ocurre solo físicamente, sino también espiritualmente, cuando nos acercamos a un lugar oscuro, nuestro primer instinto es buscar con qué alumbrar nuestros pasos, por lo que cuando nos acercamos a un lugar oscuro espiritualmente debemos actuar de la misma manera.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” Salmo 119:105
Es por esto que, si en este momento te encuentras pasando por un valle de sombras donde la depresión, la ansiedad, el miedo o cualquier otra situación oscura se cierne sobre ti, te mantiene en vilo y sientes que apenas puedes respirar, déjame darte una esperanza. Dios, en su infinita bondad, nos brinda la palabra para ayudarnos en esos momentos donde todo parece penumbra, pues en el libro de los Salmos 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” .
Quiere decir, que en la Palabra de Dios encontramos el camino correcto y la sabiduría para recorrerlo. Es como aquella pequeña luz que cuando más oscuro está nuestro entorno, más brilla para darnos paz, guiarnos y ayudarnos a levantarnos cuando caigamos. También nos transmite un mensaje en el cual podemos depositar nuestra fe, pues la promesa de que él no nos abandona la encontramos en Isaías 43:2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.”
Finalmente, querido hermano, no importa cual sea tu condición, tu estatus, nivel económico o social, no importa el camino en el que te encuentres, ni mucho menos cuántas veces has caído, tampoco importa cuánto sufrimiento estas teniendo en este momento, o si el camino ha sido más de espinas que de rosas, y aunque parezca un túnel sin salida, nunca es tarde para encontrar luz donde te encuentras en la palabra de Dios.
Es por eso que te invitamos a que conozcas lo que Dios tiene para ti y para tu casa. Visítanos este fin de semana en nuestra Reunión de Celebración, y descubre cómo Dios puede sanarte, restaurarte y darte un propósito eterno para ti y para los tuyos.