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Paz.

Hace unos pocos días, mi hija me hizo una  pregunta poco particular, y es que en su inocencia y muy corta experiencia en los caminos de la vida me preguntaba qué era ser feliz. Parece curioso que una persona tan joven me haga esa pregunta tan adelantada en su tiempo, pues cuando eres joven, aparentemente, nada te perturba. Creemos tener la razón siempre, creemos tener todo el tiempo del mundo y muy rara vez nos hacemos esta pregunta.

Contestando a su pregunta, le explicaba que no se debe confundir la alegría con la felicidad. Ser feliz es como amar: es una decisión que debes tomar día a día. Eso significa que para que nada ni nadie contraríen tu corazón, debes decidir serlo, debes estar en paz con lo que tienes y con lo que te falta, pues hoy es un regalo que no sabremos si tendremos mañana. Proverbios 27:1 dice: “No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.”

Ahora bien, cuando hablamos de paz, no me refiero a la paz opuesta a la guerra del mundo; no hablo tampoco de la paz que firman con acuerdos de segunda intención bajo tensión, o esos tipos de paz rocosos, que para que existan, algunos deben sacrificar algo que en su mayoría o gran parte no están en acuerdo. Este tipo de paz está condicionada a diversos tipos de conductas y que puede ser alterada en cualquier momento. Jeremías 6:13-14. Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.14. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.”

Esto quiere decir, que cuando hacemos referencia a la paz, hablamos es de la paz interior; aquel tipo de paz que en medio de las circunstancias aparentemente escabrosas, difíciles o complicadas mantiene tu espíritu confiado en que todo estará bien, pues tu fe no está puesta en las circunstancias del mundo, sino en aquel que todo lo puede. Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Si hoy te preguntas a ti mismo qué sientes en medio de las dificultades de este mundo y pruebas de la vida, de las tormentas emocionales, de los problemas financieros, las enfermedades o cualquier otro desafío que este sucediendo hoy en tu vida, probablemente tu respuesta a todas o algunas de ellas sería de angustia, temor, miedo y hasta desesperanza. Quizás sientas rabia o ira, desesperación, o crees que el sufrimiento es interminable. Pues te tengo una buena noticia: puedes encontrar consuelo y tranquilidad a través de una relación cercana con Dios. 1 Juan 5:4 “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”

Para muchos de nosotros, cuando atravesamos cualquier difícil circunstancia es muy común pensar o cuestionar por qué nos suceden estas situaciones; tendemos a creer que son situaciones aparentemente injusta e inmerecidas, o que son difíciles de aceptar y de manejar y que por tal motivo nos roban la paz y la felicidad de nuestro corazón. Pero se nos olvida entender que el control no está en nuestras manos, sino que el propósito de estas situaciones rocosas sí tienen significado en Dios, solo que están más allá de nuestro entendimiento y comprensión. Job 12:16 dice: “Con él está el poder y la sabiduría; Suyo es el que yerra, y el que hace errar.” 

Cuando aceptamos que no podemos controlar todas las cosas a nuestro alrededor y que desde siempre ha existido un Creador que tiene un propósito para cada uno de nosotros que nos hace cumplirlos cada día que pasamos la tierra, desde el buenos días que damos a cualquiera, hasta el esbozo de la sonrisa que ofrecemos, desde el café que hacemos en la mañana hasta cuando nos vamos a la cama por la noche; desde aquel deseo incumplido hasta aquella oración que levantamos en medio de la desesperación, absolutamente todo está en manos de Dios. Daniel 2:21-22 “Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz.”

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