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Rompiendo ciclos

Hemos llegado ya, al fin, al último fin de semana del año, tiempo en el cual muchos se preparan para celebrar la llegada de un nuevo año y consigo la posibilidad de nuevos retos, nuevas oportunidades y nuevos horizontes. Se siente en nuestro ambiente una atmósfera de renuevo, de comenzar de nuevo y de enfrentar con valentía una nueva temporada en nuestras vidas.

No obstante, para muchos, el fin de año también representa el final de un ciclo que quizás estuvo lleno de tristezas, de retos, de preocupaciones y de ansiedades. No importa donde te encuentres, o qué experiencias tuviste en el 2023, el reloj marcará la llegada de la medianoche del primero de enero, y consigo, un nuevo ciclo en nuestro calendario terrenal.

Los ciclos son esenciales para nuestra manera de vivir, y generalmente, son buenos. Día tras día dependemos de la salida del sol para comenzar nuestra faena diaria. Luego en la noche, la luna y las estrellas marcan el tiempo de descansar. De esa manera pasan los días, las semanas y los meses y a través de los ciclos, podemos alinear nuestra atención a diferentes cosas y objetivos. Por lo tanto, los ciclos traen progreso, avance y crecimiento. No obstante, hay ciclos en nuestras vidas que, si no los identificamos, pueden ser muy dañinos. Quiero compartir contigo tres maneras de identificar estos ciclos en este nuevo año. 

Primero, los ciclos negativos causan conformismo. Nos conformamos con nuestra condición actual, en vez de procurar constantemente ser mejores en lo que hacemos, dentro y fuera de la Iglesia. La Palabra dice en Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Así que permite que Dios renueve tu mente en este nuevo año para que puedas conocer lo bueno y agradable que es Dios. 

Segundo, los ciclos negativos perpetúan la inmadurez. Cuando estamos estancados en un ciclo, nunca dejaremos las cosas de niños. Los niños son cambiantes, emocionales e inmaduros. Por lo tanto, cuando una persona está estancada en un ciclo, siempre razonará y actuará inmaduramente. 1 Corintios 13:11 dice: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; {pero} cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.”

Tercero, cuando estamos estancados en un ciclo, no daremos fruto. Un árbol necesita de las temporadas para solidificar su tronco y así crecer. Habrá temporadas de sequía en tu vida, donde parece que no estás reverdeciendo. Pero cuando sales de estos ciclos, pronto llegará la primavera y consigo llegará un tiempo de florecer y dar lo mejor de ti. Por lo tanto, aprende a identificar la falta de fruto en tu vida. Mateo 7:17 dice: “Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos.” Ahora bien, ¿Cómo podemos romper estos ciclos? Filipenses 3:12-14 nos da la clave:

“12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. 15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. 16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.”
  1. Primero, prosigue adelante. “12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.” Si entiendes que estás estancado, ¡sal de ese lugar! Levántate y camina y muévete conforme a lo que dice la Palabra de ti y de tu casa. 
  2. Segundo, olvida el pasado: “olvidando ciertamente lo que queda atrás”. El pasado tiene la capacidad de detenerte. Pero enfócate esta vez no en lo que pasó, sino en lo que Dios quiere hacer contigo HOY. ¡Te sorprenderá saber todo lo que Dios quiere hacer contigo y tu casa!
  3. Por último, extiéndete hacia adelante. “…y extendiéndome a lo que está delante”. No te quedes en el mismo lugar. Camina. Extiéndete. Busca aprender. Dios te dará la estrategia correcta, y a través de Su Palabra podrás caminar a lo que Dios tiene para ti.

Te invitamos a que este año te propongas a romper ciclos de tu vida y puedas crecer, caminar y alcanzar todo lo que Dios tiene para ti. Te esperamos todos los domingos a las 11:00am en nuestra Reunión de Celebración donde queremos enseñarte lo que la Palabra dice de ti y de tu casa. ¡Te esperamos! Visita este enlace para planificar tu visita.

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