Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

¿De quién buscas la aprobación?

Desde el inicio de nuestra vida, hemos necesitado de alguien más para sobrevivir. Además del alimento y de las cosas básicas materiales, los seres humanos tenemos la necesidad de sentir y percibir que somos algo o que significamos algo para alguien más; es decir, tenemos la necesidad básica de sentirnos amados, protegidos y reconocidos en cada día y etapa de nuestras vidas para que ella tenga algún sentido.

Esto quiere decir, que además de la ayuda que necesitamos en nuestro crecimiento físico (brindado por nuestros padres, cuidadores o familiares), necesitamos ayuda para nuestro desarrollo personal, emocional y espiritual, pues ellos son los que nos guían en estos primeros pasos, son de los primeras personas de quienes sentimos amor, aceptación y reconocimiento de que somos importantes y en muchos casos, ellos hacen un buen papel, que se ve altamente deteriorado o incluso destruido cuando traspasamos las paredes del hogar.

Al día de hoy, las muy bien llamadas redes sociales (pues nos hacen caer en ellas como peces en el mar) y nuestro entorno diario fuera de nuestro hogar, cobra más importancia que dentro de ella. Es decir, si no somos reconocidos, aceptados, amados o queridos por el resto del mundo, nuestra vida se vuelve aparentemente sin importancia o carente de valor. En algunos casos, validamos nuestras acciones, pensamientos y sentimientos dependiendo de cuántos “likes”, corazones o pulgares arriba podemos colectar, para incluso justificar nuestras propias fallas, sin tener que reconocerlas o intentar mejorarlas.

Justo en este punto, todo se sale de control, pues es imposible complacer, tener aprobación y reconocimientos de todos, todo el tiempo. Jefes, amigos, familia, esposos, conocidos, entre otros, se hacen y nos hacemos jueces y verdugos de que debemos hacer, pensar, vestir, usar, decir y cómo actuar, muchas veces olvidando quienes somos y de dónde venimos, traspasando las barreras de lo que es bueno o malo, desplazando por completo lo que es verdaderamente importante y separándonos de nuestro creador y Padre, como se nos habla en Isaías 30:1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!

Buscar la aprobación del mundo, bien sea en las redes o en nuestro entorno, no es más que el resultado de un vacío emocional, pero sobre todo, espiritual. El miedo constante a ser rechazados nos hace creer que debemos seguir la corriente donde se sumergen muchas personas, que si no se sienten vistas, reconocidas públicamente o aceptadas socialmente, su vida no tiene valor, por lo que aceptan perderse a sí mismos y llenarse con respuestas banales, sustituyendo o ignorando lo que nos acerca a Dios, por lo que nos aleja de Él. 1 Corintios 6:12. “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.”

¿Agradar y sentir aprobación de las personas se siente bien?, ¡Si! Pero si para conseguirlo debes condenar tu independencia emocional, personal o tu espíritu, estás pagando un precio excesivamente alto por algo totalmente temporal. La Palabra nos dice en 2 Corintios 4:18 “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. Quiere decir, que el agrado, reconocimiento y aprobación que tengamos de los hombres, tiene fecha de caducidad. Por el contrario, la aprobación de Dios es eterna y recompensada con la salvación.  

Como seres humanos, nuestro enfoque debe ser complacer a Dios primero en todo y buscar ser aprobados por Jesús, primero que con el mundo. Dice la Palabra en Gálatas 1:10. “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.” 

Ahora, tómate unos segundos y piensa, si tuvieras la oportunidad hoy de ser aprobado por alguien en la tierra, quizás por unos cuantos años o tener la aprobación y gracia infinita y eterna de Dios, cuál aprobación escogerías?

-Alejando Prieto

Leave a comment

¡Suscríbete a nuestra lista de correo!